Solamente soy una raja en este castillo de cristal.
Me adentro en callejones sin salida y no me doy cuenta de que la salida está en la entrada.
Ya no tropiezo con la misma piedra. Ni con ninguna. Ahora mis pies heridos son los que me hacen tropezarme sin necesidad de que haya ningún obstáculo.
Me siento como una cebolla, siempre diciendo 'lo siento, nunca he querido hacerte llorar'. Y cubierta en tantas capas para que nadie conozca mi verdadero interior.
Creo que ya es hora de ser feliz otra vez.
Ser el cambio que quiero para el mundo.
Ser yo, y dejar de ser.
Y un cartel en mi frente que diga:
'Bienvenidos a mi realidad.'
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