viernes, 25 de abril de 2014

Filosofemos con el cariño

Miras al horizonte y ves un largo camino, lleno de baches, de piedras, de momentos vacíos que tendrás que llenar. Miras atrás y ves tus huellas junto a otras muchas huellas que se van difuminando hasta que llegan a tu soledad presente. Y me pregunto, ¿las he borrado yo?
A lo mejor me he cansado de ser la estrella fugaz de la gente.
Me da miedo dar un paso hacia delante y pánico darlo hacía atrás. Me quedo quieta mirando la sombra de aquel árbol que no me sombreaba de pequeña. Ha crecido, como yo. Y está tan deslumbrante... Sin embargo, mírame a mi, una tiniebla continua.
Miro hacia otro lado. Parejas, amigos, familias, y demás grupos sociales imaginables. Debe ser bonito sentirte querido y arropado a diario. Una vez al mes es un poco duro.
Estoy agotada del murmullo falso que recorre por mis oídos, aquel siseo de 'te quieros' que rondan por mi alrededor sin dueño. Tienen remite, y yo soy el destinatario. Y sí, el interior del te quiero está vacío. Ya podéis llevároslo de vuelta.
Voy a explicaros una cosa, un sentimiento que muchos van a entender y otros tantos no: existen los 'te quiero' y los 'te amo'. Los 'te amo' son difíciles de decir porque no son divisibles, solo existe uno. No hablo de uno respecto a persona, sino respecto a sentimiento. Los 'te quiero' van por grados.
Puedes querer más o menos a una persona. Tienes que saber reconocer en qué grado quieres a alguien. Tal vez suene muy mecánico, y los sentimientos son de todo menos eso, pero es un simple esquema de la complejidad.
Lo difícil viene después, cuando lo que realmente quieres es saber con qué grado te quieren a ti. Yo no puedo saber eso, tal vez algunos fingen y otros se lo esconden.
Pero cuando una persona está mal y con solo preocuparte le sacas una sonrisa, créeme, tienes un sobresaliente en su corazón. No hace falta más. Por el contrario, si ignoran tu preocupación, date por perdido. No sabría poner nota a eso.
Confiad en mi palabra, soy experta en sentirme suspensa.

miércoles, 23 de abril de 2014

Innovación

Yo no quiero que tu sufras la desgracia que me mantiene viva,
ni que atropelles pasos de cebra con pasos de plomo
o veas volar un pájaro y lo mates con la envidia.

Puedes irte lejos buscando algo firme que te llene,
yo prefiero quedarme cerca con mi efímero desprecio
y leyendo poesía sobre sentimientos rotos.

Quién sabe cuantos corazones hemos roto sin darnos cuenta,
lo importante es que nos cortamos con ellos
y sangramos recuerdos que recién nos visitan.

Porque el jilguero que no canta no es por tristeza,
solamente tiene pocas ganas de sentir
o simplemente le duele el exilio de su jaula.

domingo, 20 de abril de 2014

No se para, ni con él ni con nadie.

Llegaba tarde, la estaba haciendo esperar. Miraba el reloj una y otra vez. Estaba nerviosa, quería que llegase ya, pero también sentía pánico. Se le hacía eterna la espera, así que sacó un cigarrillo. No fumaba normalmente, se lo había robado a su padre, pero ya lo había probado. No era fumar por diversión, no era fumar por aburrimiento, no era fumar por necesidad. Necesitaba sentirse sucia, destruirse de la manera apropiada. Y digo de la manera apropiada porque fumar no está tan mal visto por la sociedad. Por lo que a ella respecta, el tiempo era una moda a seguir, y no podías quedarte atrás. No podías.
Llegó él, y ella seguía con pánico y nervios. Ya era rutina sentir todo eso, pero no llegaba a acostumbrarse. Le quería, y era difícil demostrarlo. No penséis en una bonita pareja de novios yendo al cine, simplemente pensad en una pareja. ¿De qué? Daba igual. Ella lo único que tenía claro era una cosa: por mucho que se diga y por bonito que quede, el tiempo no se paraba junto a él.


jueves, 17 de abril de 2014

El paraíso de un demonio.

Escalofrío recorriendo mi cuerpo,
un dolor en el pecho.
No sé si compararlo con un proyectil incrustado en él
no sé si compararlo con un simple impacto de perdigón.
Solo sé que duele.

Esa sensación de tormento, tortura, martirio...
todo exageraciones del cerebro
y su estúpida misión
de hacer sentir los sentimientos.

Pensar con el corazón y sentir con la cabeza,
podría ser un poco paradójico, tal vez imposible,
al igual que escuchar Yesterday de The Beatles y no sentir melancolía.

Pero, ¿qué más da todo eso?
El caso es que soy el paraíso de un demonio que no sabía donde esconderse y que,
rendido ante semejante desdén,
habita en mi a plena vista, cometiendo destrozos.

lunes, 14 de abril de 2014

Mirando desde la ventana

Tengo el corazón en un puño. Y lo aprieto. Y lo dejo sangrar.
Noto esa sensación de dolor en el pecho, algo haciendo presión en él.
Hace veinticinco grados en la calle, pero por dentro siento un frío casi imperceptible.
Me tomo un café, por el cuál me quejo. La taza arde, pero el café está templado.
Vaya, como yo.
El sol se oculta tras una espesa niebla y no puedo evitar sonreír. También me recuerda a mi, cuando escondo mi tristeza tras una sonrisa simulada.
Camino por la calle y pienso. El gris ha tomado gran importancia en mi vida; a veces difuminado claramente, a veces oscurecido. Pocas veces ha tornado a negro, y no lo recuerdo convertirse en blanco, cuya connotación podría decirse que es la paz.
No, en blanco no. ¿Paz en mi interior? Esto parece territorio hostil.
Y para calmar las escaramuzas, escucho música. Podría decirse que sirve como bandera blanca, símbolo de paz y rendición por unas horas, hasta que se apaga, y la guerra continúa.
De vez en cuando, en mis sueños, el propio subconsciente crea un motín y, bueno, empieza la pesadilla.
Así que supongo que mi vida interior se resume en Help de The Beatles, pero sé que acabaréis cantándome Fix you de Coldplay.

viernes, 11 de abril de 2014

Più bello

A veces buena, a veces mala.
Soy aquella a quien comparan y compararán eternamente.
A veces soy ese rayo de sol que se cuela por tu ventana en verano y te despierta dulcemente junto a una pequeña brisa, aunque también soy esa tormenta que se estrella contra tu tejado y no te deja dormir.
A veces me quieren, otras veces no.
A veces se abrazan con la mayor fuerza posible en los momentos más débiles, y a veces se tiran desde un puente y me dejan ir.
A veces me llaman oportunidad, otras veces desdicha.
A veces soy un sueño, parezco irreal y bella, y a veces soy esa oscura pesadilla que quieres olvidar.
A veces soy el recuerdo de lo que fueron unos, y a veces el olvido de ellos.
Puedo ser paisaje y puedo ser escombro.
Un día puedes tenerme, pero al día siguiente pendo de un hilo.
Me llamáis puta, existencia, felicidad, bella... Y os quejáis de lo corta que soy.
Para algunos soy veloz, como una estrella fugaz que apenas te da tiempo a pensar en qué es lo que deseas realmente; para otros corro lenta, como las agujas de un reloj al mirarlas fijamente.
A veces decís que doy oportunidades, otras veces aseguráis que no soy yo quien las da.
Muchos le tenéis miedo a mi hermana, oscura, fría, misteriosa. Otros me tenéis más miedo a mi.
Porque la muerte es un misterio del futuro, pero yo, vida, soy misterio presente.

miércoles, 9 de abril de 2014

Tiempo ni hora no se ata con soga.

Aquel reloj de pared clavó en mi sus agujas
y ahora no sé matar el tiempo.
Él me mata a mi.
Fíjate en cómo vuela el tiempo
y en lo fácil que es caer del cielo
al infierno.
Una caída, un tropiezo, un abismo,
que te convierte en un simple guijarro
pisado por todos.
Cada cosa a su tiempo, dicen
los que no saben que el tiempo
no espera a nadie.

Yo soy cosa viviendo del pasado,
dónde me llamaban ángel
y ahora estoy caído.

domingo, 6 de abril de 2014

Qué deprimente, como la vida de una marioneta de cuyos hilos tira cualquiera.
Hasta que viene alguien y los corta.
'Eres libre' - te dice. Pero no sabes aprovechar ese privilegio.
Y te encierras en tu jaula, porque un pájaro que nunca ha volado no sabe volar,
y se refugia dentro de su libertad, que le hace preso.
Un aplauso por todas esas penas que abrazamos y no soltamos,
y nos hacen pagar tributos
desinteresados a la par que homicidas.
Tengo tantas deudas con mi almohada
que ya le pago con lágrimas.
Los errores cometidos
los meto en un saco que guardo en el armario
y no lo abro
porque son un monstruo.
Los errores que me quedan por cometer
los tengo rellenando un vaso
del cual bebo a diario.

miércoles, 2 de abril de 2014

Tirar mi vida por la borda.

Tirar mi vida por la borda.
Si sabe nadar, perfecto.
Si no, que se ahogue.

Pediría auxilio solo por deber.
Si alguien quiere venir, que venga.
Si no, que se ahogue.

No tengo salvavidas a mano.
Si alguien lo lanza, vale.
Si no, que se ahogue.

La he tirado en un lugar extraño.
Si alguien lo conoce, que la salve.
Si no, que se ahogue.