viernes, 30 de agosto de 2013


Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas, lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas, vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.

'Mario Benedetti'.

¿Masoquista o gilipollas?

Me hice 'payaso' a ojos del mundo. Me engañaba a mi misma pensando que hacer sonreír a los demás me haría sonreír a mi. En realidad eso es lo que siempre he querido y lo que nunca he conseguido.
Que la gente cambia y que existe algún Dios pueden ser un símil. Al fin y al cabo la religión la creen algunos, otros no. ¿Y acaso no hay gente que piensa que las personas no pueden cambiar, y otras piensan que sí?
Puedo no tener fe en el ser humano, pero que la gente cambia es una creencia que siempre llevaré dentro. Cómo aquel hombre que afirma haber visto a la Virgen, yo afirmo haber visto a una persona cambiar. Bueno, más que visto, lo he sentido. Y es que esa persona está dentro de mi.
Dónde antes había una persona con sonrisa dibujada con rotulador permanente ahora hay un ser al que parece que ese rotulador le ha dado la vuelta al dibujo que dibujó. Dónde antes había una persona que se alejaba de las peleas y se acercaba a las personas ahora está ese ser demasiado sensible que se aleja inevitablemente de las personas y se acerca a las peleas. Y todo esto sin pensarlo. Y si el subconsciente le dice que continúe jodiéndose la vida a si mismo, el resto del cuerpo hace caso. Y bueno, los sentidos se han sensibilizado y ahora soy como un extraño monstruo, que me rozas y siento que me arañas, que me susurras y parece que me gritas, que saboreo el mismo aire que respiro a bocanadas, y que veo que se va alguien cuando aún me está dando el abrazo. No sé si me explico.
De todos modos me gustaría preguntarle a Dave Jones cómo hizo para arrancare el corazón y dejar de sentir nada. Es un personaje ficticio pero últimamente mi realidad parece un cuento. Y es que sin ese corazón, él no lloraba,  no sentía remordimientos ni tenía recuerdos que quería olvidar.
Porque si soy sincera, yo voy a contracorriente. Todo el mundo quiere borrar los momentos malos del pasado mientras que yo quiero olvidar también los buenos. Esos me joden más. ¿De qué sirve recordar algo que te hizo feliz, pero que ya no está? De nada, a mi no me sirve. Yo no soy capaz de ver el lado bueno de las cosas. O soy feliz con lo que tengo o no quiero nada más. Soy como una niña caprichosa que quiere solo ese juguete de los anuncios, pero que es demasiado para mi, que no me lo puedo permitir.. No por falta de recursos, puedo conseguirlo. Mi problema es la conservación. Veréis, yo soy un poco gafe y (vamos a dejarnos de metáforas) todas las personas que quiero o me quieren acaban en fecha de caducidad. Lo que me jode es que me funciona bien el código de barras y sé el valor de todas ellas pero es jodido que no funcione bien eso de adivinar cuando caducará todo porque, joder, cómo jode que las cosas cambien de golpe y que los problemas se agranden sin más. Como muñecas de Matrioska, cada problema va metiendose dentro de otro, y se va agrandando. Más.
Y más.
Y más.
¡Y YA ES HORA DE GRITAR A LOS CUATRO VIENTOS QUE UNA PERSONA QUE ACEPTA SUS ERRORES Y LOS SIGUE COMETIENDO, ES MASOQUISTA O GILIPOLLAS!
Y yo... ¿qué soy de esas dos?

martes, 27 de agosto de 2013

Merece la pena.

Hay que saber por quién complicarse la vida. Hay que saber elegir bien entre lo que quieres y lo que es bueno para ti. Por suerte a veces lo que es bueno y lo que quieres están inmersos en un mismo ser, aunque a primera vista todo parezca muy turbio. Pero al fin y al cabo las apariencias engañan, y solo uno mismo sabe que es lo que puede llegar a hacerle feliz. Hay que saber por quién dar la vida, por quién llorar y por quién reír. Hay que saber diferenciar entre lo que puedes hacer y lo que no, saber cuales son tus límites. Qué cojones. Ya estoy harta de límites, de ponerme barreras yo sola. Ya va siendo hora de coger carrerilla y saltar el puto abismo, aunque caiga y me estrelle. Ya tengo un colchón, ya he caído tantas veces que ya no siento ni el dolor. Por una vez más no pasa nada. Es que me da incluso igual. Me da exactamente igual si me tiro del precipicio y siento dolor, va a merecer la pena. Estoy segura de ello. He tardado en darme cuenta pero las cosas fáciles no son las que merecen la pena, por eso me complico la vida por algunas personas. Porque así sé que si merece la pena, que sí merece la pena cada sonrisa falsa con una lágrima entrecortada, porque merece la puta pena. Y no voy a parar hasta conseguirlo. Como para un payaso la sonrisa de un niño es su mayor debilidad, yo voy a hacer sonreír a quien quiero. Y eso merece la pena.

viernes, 23 de agosto de 2013

Lo mejor es sentirse libre en este mundo tan cerrado.

Acelerando por un camino en el que solo hay curvas. Normal que descarrile y me estrelle de vez en cuando. Pesadilla en pleno despertar, o mientras intento dormir. Cierro los ojos, no veo nada. Los abro y siento lo mismo que si los tengo cerrados. No sé si prefiero vivir en el mundo de mis pesadillas en sueños o en mis pesadillas reales. ¿Prefiero que me persiga 'el hombre del saco' o que me falle gente que prometió no fallarme?
Un paso hacia delante, dos hacia atrás. A lo mejor no es que no avance, sino que soy como un cangrejo que camina del revés.
No, demasiado positivismo. Poco propio de mi.
Lo mejor es sentirse libre en este mundo tan cerrado. Abramos un poco más la mente, y cerremos un poco más el corazón, que sino se llena de gente-bomba. Y el corazón no necesita bombear más de lo debido.
Aunque el mío parece un colador, lleno de agujeros.
Tengo un reloj roto. Cuando vaya a llevarlo a arreglar de paso dejo mi corazón. Un par de tiritas bastan, yo creo.
Al menos mi cabeza está en orden. Bueno, está en un desorden que para mi es perfecto. Admito que soy una persona que mucha gente cree que conoce. Pero no es así. Y cuando digo que no me conocen, es que solo saben lo que cualquiera puede saber de mi. Por eso valoro tanto a la gente que ha sabido hacer el puzzle y hacerme cantar como un gallo al amanecer, que sin darse cuenta está haciendo 'kikiriki'. Sin pensárselo. Solo porque sí. Si una persona consigue conocerme es porque ha conseguido hacer que yo haga 'kikiriki'. Sin pensarlo. Esa gen que ha sabido descifrarme, les quiero. Qué cojones. Les adoro. Y son pocos. No voy a decir la cifra, tal vez solo sea 1, 2.. Pero si alguien sabe descifrarme, lo sabe. Sabe que ha conseguido algo difícil.
Porque yo soy un puzzle de esos de 50.000 piezas. Solo los elegidos saben que piezas encajan. Y el puzzle no tiene por qué estar completo. También es bonito si hay piezas perdidas. Al fin y al cabo, lo imperfecto es lo más cercano a la perfección.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Yo no soy difícil, yo soy imposible.

+Estoy asustada por el futuro.  Puedes tomar una foto de algo que ves, ¿en el futuro estaremos ahí? Puedes escalar hasta llegar al sol o escribir una canción que nadie cantó o hacer algo que nunca antes se ha hecho.
-¿Estas perdido o incompleto? ¿Te sientes como un puzzle y no puedes encontrar tu pieza perdida? Dime, ¿cómo te sientes?
+ Bien, me siento como si los demás hablaran un lengua que no entiendo, y me están hablando.
-Así que no sabes a donde vas y solo quieres hablar, y sientes que vas hacia un lugar en el que ya estuviste.
+Sí.
-No le pediste nada a nadie pero te sientes ignorado.
+Sí. Malditas oportunidades perdidas. ¿Soy yo parte de la cura o de la enfermedad? Quiero vivir la vida y nunca ser cruel. Quiero vivir la vida y ser buena para ti, y para el resto. Y quiero volar y nunca bajar. Y vivir mi vida con amigos alrededor. Nunca cambiamos, ¿o sí?
-No, no...
+Nunca aprendemos, ¿o sí?
-...
+Así que quiero vivir la vida y siempre ser sincera. Oh, y me temo que no tengo un alma que salvar. Sí, he pecado todos los días. Todo el mundo dice que soy una idiota con las personas que más quiero. Todo el mundo dice que es estúpido lo que hago.
-Verás, nuestros hogares, lugares dónde hemos crecido, todos estamos acabados. Aunque vivimos en un bonito mundo, todos estamos acabados.
+Eso es lo que me asusta del futuro. Estar acabada.
-Todos estaremos acabados en el futuro. Pero te prometo una cosa, yo siempre cuidaré de ti. Eso es lo que haré. Ese será mi futuro.
+No lo merezco.
-¿Por qué no?
+Tal vez quieres hacerme cambiar. Pero yo no cambio para bien.
-Pero...
+No hay peros que valgan. Yo no soy difícil, yo soy imposible.

domingo, 11 de agosto de 2013

Quemazón.

Quemazón en mi cabeza.
Cada día más pensamientos se dan de hostias contra mi cabeza. No, yo no soy como el resto, mis pensamientos no me rallan, a mi me destruyen. Autodestrucción, que palabra tan bonita.
Tengo siempre la impresión de que soy masoquista; me gusta que me hagan daño, me gusta hacerme daño, me gusta sufrir. En realidad nunca he conocido la mente de un masoquista. Tal vez no les guste sufrir, tal vez... tal vez solo crean que se merecen sufrir y por eso se hacen daño o se dejan hacer daño por el resto.
A mis sufrir no me gusta, pero tal vez sea eso, tal vez mi mente maquinea planes contra mi, el subconsciente, que es muy jodido. Además, yo soy de esas personas que no pueden evitar demostrar cuándo y cuánto les duele algo.
Pero bueno, que soy masoquista. A mi mente le apetece hacerme sufrir, y los pensamientos son los martillos que me golpean diariamente. Y tal vez hago daño a mi alrededor de esta manera pero no lo hago aposta... (¿o sí?)

viernes, 9 de agosto de 2013

Un consejo: nunca falles a quien te quiere de verdad.

El problema de algunas personas es que, para conseguir cosas temporales, empeñan todo lo que tenían asegurado desde hace tiempo. Y es difícil asegurar algo temporal. Bueno, como bien dice la palabra, es temporal. Aunque nada es para siempre, en cambio los 'nunca' si que existen. Qué injusto, ¿no?
Menos mal que nadie oye todo lo que pienso. Posiblemente me tacharían de lunática, o algo peor, ¿quién sabe? Y hablando de pensamientos lunáticos, loca me vuelven a mi los recuerdos.
Dejó de doler, pero se quedó la marca. Cada recuerdo que actúa con odio en mi memoria, porque todos, los buenos y los malos, todos me clavan espinas en el corazón. ¿Cómo es posible? Algo que habita en mi mente que haga tanto daño al corazón. Bah, imposible.
Aferrarse a imposibles es una maravillosa forma de estar muerto en vida, y los imposibles se hayan en el futuro, y siendo negativa como soy, creo que hay tantas cosas imposibles que prefiero no mirar al futuro. Soy de las que se entretienen echando un vistazo al pasado, porque al fin y al cabo el presente es un instante y nadie es capaz de mirar a través de él.
Y hablando de cosas jodidas, qué jodido es no sentirse querido, ¿verdad?
Lo malo es que quién mendiga cariño solo recibe lástima.
Ojalá pudiese vivir en un recuerdo en blanco y negro. Soy amante de los recuerdos, son experiencias que he vivido y que nunca más volveré a vivir o al menos no serán iguales. Quiero vivir en un recuerdo.