martes, 17 de septiembre de 2013

Fracasar en sueños y triunfar en pesadillas.

Diría muchas cosas, pero es de mala educación hablar con la boca llena y el alma vacía.
Qué gracioso, que después de toda una vida dando pasos de elefante queramos volver al pasado y revivir cada instante. Somos... ¿gilipollas? 
A veces pasamos demasiado tiempo sin vivir en absoluto y de pronto toda nuestra vida se concentra en un instante. 
Y bueno, he vivido tanto tiempo sumida en la oscuridad que casi se me había olvidado lo bonita que es la luz de la luna.

Te pones a pensarlo y, ¡joder! ¡Todas las rosas tienen espinas! Pero merece tanto la pena pincharse por las que merecen la pena... 
Después de toda noche empapando de lágrimas la almohada toca un día con una sonrisa (falsa) en la cara.
Y... bah, ¿para qué te molestas en intentar olvidar? Si dentro de un tiempo vas a volver a recordarlo. Aunque es posible que sea una costumbre imposible de abandonar, lo de hacerte el gilipollas loco y pensar que puedes olvidar. Ilusos..
Pero el ser humano es así... Fracasa en sus sueños y triunfa en sus pesadillas.

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