Tenía una bonita sonrisa.
Tal vez no la más bonita de todas
pero era una sonrisa.
Caminaba pensando en lo bonita que era la lluvia tras su ventana
y en lo relajante que era el piar de los pájaros
al acercarse la primavera.
Ahora no tiene una bonita sonrisa.
No hay sonrisa.
Camina pensando en nada, con la mirada perdida
observando únicamente su lluvia interior
y no dejando acercarse a la primavera.
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