Rebusco en ese baúl
donde escondíamos los recuerdos
buscando alguna flor marchita
que me ayude a florecer.
Subiendo esas escaleras
que un día bajamos
para ver más de cerca
nuestra puesta de sol.
Como ese día soleado
en el que los colores borbotaban
y tú llorabas sonrisas
que todo lo cambiaban.
Solo queda decir
que el pasado está presente
en una memoria descendiente
del pánico y la ira.
Es bueno recordar
que un capitán jamás abandona su barco
y por eso
cuando te hundes
yo sigo aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario