Creo que deberíamos darnos un tiempo,
querido corazón.
Porque tu quieres a contracorriente
y yo me quedo estancada detrás,
intentando alcanzarte.
Y me ahogo.
Sé que es imposible,
tú vives en mi
yo vivo de ti.
Pero no sirves más que de lastre
si sigues obligándome a nadar
cuando quiero desistir.
Y te estorbo.
Tú has nacido luchador
en un cuerpo de marioneta
y mueves todos mis hilos
con solo pensar
que el cariño
me hace feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario