y sin embargo vivo ocultando todo lo que hablo.
Problemas que no se cuentan por miedo a esa simpática trifulca que nos acribilla mientras intento no disparar un arma que no debería tener en mis manos.
Y siempre disparo. Cabreo a priori. Remordimiento a posteriori.
Pidiendo perdón antes de que dé tiempo a decirme adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario