domingo, 7 de septiembre de 2014

Pues eso.

Afiláis relaciones y hacéis que corten
provocáis la sangre de los ajenos
y estos intentan evadirse de algo que ya está clavado.

Generáis disputas en interrogantes
que no sabemos cómo responder
y masacráis con el anonimato a pie de cañón.

Conseguís sembrar la duda en un campo de minas
donde un pensamiento, una palabra, un gesto en falso
puede provocar la explosión de lo que más quieres.

Y todo por diversión, aburrimiento, ira, o yo que sé qué.

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