Ni proverbios, ni refranes, ni cuentos con moraleja;
aquí la única forma de aprender es siendo el protagonista de tu historia
chocando con muros que son imposibles de escalar,
buscando escapatorias para evitar pensar que la sonrisa que llevas es un bulo social.
Que si quieres aprender algo de la vida
ni mil libros de mil bibliotecas te harán saber
que hay miradas que matan,
sonrisas que destruyen
y mentiras que desangran cada una de las promesas que creíste.
Saber vivir es darse cuenta de que tu vida es tuya
que tus sonrisas son tuyas, tus lágrimas son tuyas
y solo un capullo te haría creer que no.
Hacer sonreír, llorar de la risa, matar llantos con simples abrazos...
Ni profesores, ni padres, ni sabios;
si quieres saber de la vida
vívela.
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