jueves, 23 de mayo de 2013

Los que ayer dieron la cara por mi, son por los que hoy, yo me la parto.

Vamos a ver, seamos claros, seamos sinceros. No es difícil saber por quién darlo todo y por quién no. No es complicado darse cuenta de quién te merece y a quién debes ignorar. ¿Lo es? No, no lo es, y todos lo sabemos. Pero estoy hablando con la cabeza, con la lógica. No estoy hablando con el corazón.
Hablando con el corazón no es tan fácil. La cabeza sabe qué personas deben estar en nuestras vidas, a quiénes deberíamos querer y a quienes no, pero el corazón no es tan fácil de domar. Cuando quieres a personas que no te quieren, cuando quieres a personas que te hacen o te han hecho daño, cuando sabes que no deberías quererles, que deberías dejarles en paz, darles la espalda por todo lo que te han hecho... Pero no puedes. Puto corazón envenenado, deja de joderme la existencia, haz caso a la cabeza, deja de dominar mis sentimientos. Puto corazón alocado, que prefieres el bien de esas personas a las que quieres en vez del tuyo propio, que prefieres que te traicionen a traicionar tú, que prefieres ser roto antes que romper. Puto corazón, deberías dejarle un poco de opinión a la razón.

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